14 de marzo de 2016
10:36 a.m.
Aeropuerto Oslo, Noruega
Nudo en la garganta por las últimas 12 horas. Sentimientos mezclados y un miedo terrible. Miedo a que no me vaya a gustar, miedo a estar sola en lugares que no conozco nada, miedo a que no vaya a encontrar compañía. Miedo, como que es la primera vez que viajo verdaderamente sola. Tristeza por dejar a mi familia. En momentos como este hubiese querido traerlos conmigo, así, los primeros días, para que me acomodaran… como ese primer día de Universidad. En este momento es todo lo que siento… tristeza y miedo, bien a la expectativa de que estos sentimientos cambien y mejoren pronto. Con la mente abierta y con la idea de que de todo esto saldrá algo bueno.
26 de noviembre de 2016
11:06 a.m.
Trat, Tailandia… Esperando un bus para Bangkok
Sonrisa en la cara que no se me va!
Hace 257 días atrás en lo único que podía pensar era en el miedo que sentía. Lo que hay arriba son las palabras que escribí en mi diario a 12 horas de haber salido de Puerto Rico. Aunque estaba segura de lo que estaba haciendo no podía dejar de pensar en todo lo que toda la gente que me rodeaba me había estado repitiendo durante los últimos meses «¿Estás segura?» «¿Debes estar loca para hacer algo como eso?» «¿Pero te vas sola?» «¿Pero no te da miedo?» «¿Pero que vas a hacer si es de noche y estas sola?»
Claro, había tenido palabras de aliento también, pero en momentos en los que estás dando un paso tan grande, un cambio tan drástico, es imposible no sentir algo de duda o de miedo… mi papá siempre me ha dicho que el miedo es necesario, claro, nos deja saber cuanto nos importa algo, pero que lo más importante es no dejar que nos paralice. En aquel momento era casi cuestión de «sobrevivir», tratar de hacer lo que hubiera que hacer pues ya había dado el paso. No fue fácil, nadie dijo que lo sería y estoy segura de que todos lo sentimos diferente. Quien se ha ido a viajar por mucho tiempo probablemente lo ha sentido de muchas otras maneras; excitement, nostalgia, felicidad… En mi caso, aunque lo quería, sabía cuan lejos de mi zona de confort me estaba poniendo.
Ya estoy a un poquito más de 12 horas de salir de Bangkok, Tailandia, donde todo empezó y a unos cuantos días de regresar y «cerrar» esta etapa. Hoy no existen palabras para describir lo agradecida que estoy, lo feliz que se siente saber que después de tantas sonrisas, tantos lugares, tantas personas, tantos «hasta luego», tantas lágrimas, tantos días, países. Sigo aquí, sigo bien, cada día más fuerte, cada día mas segura. Son incontables las cosas que he aprendido, las que he tenido que hacer y sobre todo, las que me faltan por hacer… pues si de algo estoy segura hoy, es de que lo único que no se logra es aquello que no se intenta. ¿Al miedito? Pues gracias, pero no gracias. ¿y ustedes? ¿Qué están esperando para hacer aquello que les asusta con cojones?